Encuesta: inversionistas alemanes ponen en pausa planes en Chile ante incertidumbre política y económica

En un contexto general en que los inversionistas alemanes perciben una recuperación de las economías en el mundo, el bloque de Sudamérica y Centroamérica registra las peores perspectivas para el desarrollo de nuevos proyectos en los próximos doce meses, según la encuesta que realiza dos veces al año la red de cámaras de comercio alemanas, AHK.

Con la participación de más de tres mil firmas germanas activas en negocios en todo el planeta, esta zona es la única en que el balance de las respuestas sobre expectativas para la economía está en rojo (-17), junto al nivel más bajo en las intenciones de inversión (16) y de contratación (19).

Chile tiene el balance en cero para la inversión y sólo supera a Perú (-15) y Bolivia (-20). En las expectativas económicas, está en negativo (-48), por encima de Perú (-68) y Argentina (-55).

Deterioro de perspectivas

De acuerdo con la gerenta general de la Cámara de Comercio Alemana, AHK, Cornelia Sonnenberg, estos resultados responden al “muy alto” riesgo que se percibe en el marco político y económico, que concentra el 88% de las menciones.

A menos de dos semanas de las elecciones presidenciales, expresa que “no es tanto quién salga Presidente, sino que cómo va a ser tomada la derrota por la otra parte”. Ahí, lo que espera es que “quien sea democráticamente elegido, pueda gobernar”.

Si bien asegura que “no vemos que los inversionistas se hayan retirado”, advierte que lo que están esperando es ver si los procesos institucionales, incluido el trabajo de la Convención Constitucional, siguen su cauce sin manifestaciones de violencia.

De hecho, siguen recibiendo a empresas interesadas en desarrollar proyectos ligados a la energía renovable. Este es un ámbito de interés en que se percibe estabilidad en la política de Estado además de que tiene “condiciones extraordinarias”, comenta.

“Las empresas siempre te van a decir yo puedo funcionar -y de hecho, funcionan en países como Irán y Afganistán-, porque si yo sé a lo que voy y tengo dentro de lo que sé, cierta estabilidad, evalúo mi riesgo del negocio, en ese contexto específico”, dice Sonnenberg.

Pero, advierte, es distinto, tomando el ejemplo chileno, donde el arribo de la inversión respondió que se trataba del puerto seguro para llegar a América Latina, “había un marco regulatorio muy estable, con un sistema político muy estable en que podían cambiar los gobiernos de centro izquierda a centro derecha sin que fuera un mayor drama. (…)”.

Y agrega: “Lo que vemos hoy es que éste, que fue el factor diferenciador de Chile, está tambaleando y fuertemente”.

Debate polarizado

- ¿Qué es lo que más preocupa a los inversionistas?

- Llama mucho la atención la gran polarización que ha tomado en general la discusión política, con una serie de dificultades en el diálogo. (...) Hoy esa discusión ha perdido solidez, porque -en el fondo- no se escucha, se ningunea a los técnicos y expertos de las materias y se simplifican los mensajes para llevarlos a un terreno blanco y negro. Eso es una cosa muy llamativa, que no lo recuerdo y las empresas también lo perciben.

- ¿Este deterioro tiene más relación con los extremos políticos que se enfrentan en las elecciones o les inquietan más los cambios en la Constitución?

- Los alemanes decían ok: si Chile quiere darse una nueva Constitución ¿cuál es el problema? Pero cuando estas más cerca y ves que si se define un nuevo sistema político puede ser que el nuevo Presidente lo manden para la casa en un año…entonces, las consecuencias de los planteamientos son los que empiezan a preocupar.

Son cosas que llaman la atención, o cuando en la Constituyente se empieza a reducir el tema de la minería a industria extractivista ¿qué se quieres decir con eso? O ¿a qué se quiere llegar con eso? Hay una diferencia entre si se dice que se duplican los impuestos a otra cosa, que es decir no voy a permitir más minería. Al final, Chile es soberano, puede hacer lo que quiera, pero tiene que tener claro qué consecuencias tiene. La inversión extranjera puede irse y lamentablemente los mismos empresarios también podrían irse. Entonces, al final esto no es que hay un muro y todos los que estamos adentro de aquí no salen.

Ante esto, detalla que los inversionistas que “estaban por hacer cosas acá, lo tienen por el momento congelado, con la misma mirada de: primero necesito ver que va a pasar”. Mientras tanto, aclara, hacen lo estrictamente necesario en términos de reinversión.